Los científicos y agricultores dependen cada vez más de la ingeniería genética, la biología sintética y el aprendizaje automático para abordar los desafíos de la extinción de especies. La «evolución especulativa» imagina un ecosistema dentro de 30 años, donde la inteligencia artificial y las biotecnologías trabajarán juntas para crear y optimizar especies que resistan un entorno cada vez más hostil. Desde un simulador de IA, se invita a la audiencia a crear nuevas variaciones de animales, hongos, plantas y robots, volar con estas especies mutadas y diseñadas y observar el ecosistema cambiante. ¿Qué optimizamos y qué ignoramos como resultado? El proyecto cuestiona nuestra tendencia a simplificar los ecosistemas complejos tratando a la naturaleza como un sistema que puede arreglarse.